No se deja de hablar de las redes sociales. Y sobre todo, no se deja de hablan en las redes sociales. Los Twitter, Tuenti, YouTube, MySpace, Flickr… son formas de comunicación social (muy diferentes entre sí) tan extendidas y familiares como un sms o el correo electrónico. Prácticamente todos estamos en las redes sociales. Y, por tanto, si los consumidores están en un medio, las marcas deben acudir.
Nos centramos en el caso de Facebook. Con más de 70 millones de usuarios en todo el mundo, y un perfil especialmente orientado a jóvenes adultos con formación universitaria, se ha convertido en objeto del deseo de numerosas compañías. Porque en Facebook también se habla, y mucho, sobre gustos, tendencias y marcas. ¿Pero, realmente qué valor añadido puede aportar Facebook?
Obviamente, la presencia de una marca en una red como Facebook le otorga, como mínimo, un cierto halo de cercanía, apertura, modernidad. Pero esto es algo al alcance de todos y, además, en muchos casos, que no obedece a una identidad corporativa real. Muchos están por estar. Facebook debe ser parte de una herramienta a largo plazo de incorporación de las compañías al diálogo real con sus consumidores. Si no vas a ser sincero con ellos, mejor quédate en casa. Si, por el contrario, estás dispuesto a escucharles y dialogar, realmente podrás aprender de sus comentarios, sugerencias y, por supuesto, mejorar notablemente la notoriedad de tu marca, productos y servicios. Hablarán de ti, crearás fidelidades y evangelizadores, porque es en el contenido, principalmente en el generado por los propios usuarios, donde se encuentra el zenit de las posibilidades de espacios como Facebook.
La publicidad en Facebook no está cumpliendo las expectativas. O al menos, aquella publicidad enmarcada en espacios estrictamente dedicados y reconocibles. Realmente, la mayoría de los usuarios están ciegos a estos mensajes e inmunes a sus efectos. Facebook no es Google. No entramos en Facebook para informarnos sobre una compra. Queremos que nos cuenten cosas, ver qué hacen los demás, relacionarnos. Los grupos, páginas y eventos y sus correspondientes feeders son una herramienta informativa y corporativa indiscutible, pero no pueden constituirse en acciones comerciales que cumplan unos objetivos concretos en términos de conversión. Las redes sociales son, por tanto, relaciones públicas.
En la línea del diálogo, la interactividad y la relación con nuestros usuarios, encontramos en los tests, API´s y demás herramientas una vía perfecta de obtención de información (y por qué no decirlo, de datos legalizados) de nuestro público, aportamos contenidos interesantes, pertinentes y, preferentemente, divertidos y que nuestros usuarios (personas como tú y como yo) pueden compartir, comparar y discutir.
Nuestros consejos para comenzar en Facebook:
1. Comienza paso a paso y conoce tus limitaciones y recursos.
2. Define cuáles son los objetivos oportunidades reales de negocio en Facebook.
3. Si no tienes tiempo o recursos y percibes oportunidades en Facebook, contrata a una agencia (como superagencia86, ejem).
4. Realiza pruebas, testea, equivócate, pregunta a tus usuarios y experimenta.
5. Mídelo todo.
Nos centramos en el caso de Facebook. Con más de 70 millones de usuarios en todo el mundo, y un perfil especialmente orientado a jóvenes adultos con formación universitaria, se ha convertido en objeto del deseo de numerosas compañías. Porque en Facebook también se habla, y mucho, sobre gustos, tendencias y marcas. ¿Pero, realmente qué valor añadido puede aportar Facebook?
Obviamente, la presencia de una marca en una red como Facebook le otorga, como mínimo, un cierto halo de cercanía, apertura, modernidad. Pero esto es algo al alcance de todos y, además, en muchos casos, que no obedece a una identidad corporativa real. Muchos están por estar. Facebook debe ser parte de una herramienta a largo plazo de incorporación de las compañías al diálogo real con sus consumidores. Si no vas a ser sincero con ellos, mejor quédate en casa. Si, por el contrario, estás dispuesto a escucharles y dialogar, realmente podrás aprender de sus comentarios, sugerencias y, por supuesto, mejorar notablemente la notoriedad de tu marca, productos y servicios. Hablarán de ti, crearás fidelidades y evangelizadores, porque es en el contenido, principalmente en el generado por los propios usuarios, donde se encuentra el zenit de las posibilidades de espacios como Facebook.
La publicidad en Facebook no está cumpliendo las expectativas. O al menos, aquella publicidad enmarcada en espacios estrictamente dedicados y reconocibles. Realmente, la mayoría de los usuarios están ciegos a estos mensajes e inmunes a sus efectos. Facebook no es Google. No entramos en Facebook para informarnos sobre una compra. Queremos que nos cuenten cosas, ver qué hacen los demás, relacionarnos. Los grupos, páginas y eventos y sus correspondientes feeders son una herramienta informativa y corporativa indiscutible, pero no pueden constituirse en acciones comerciales que cumplan unos objetivos concretos en términos de conversión. Las redes sociales son, por tanto, relaciones públicas.
En la línea del diálogo, la interactividad y la relación con nuestros usuarios, encontramos en los tests, API´s y demás herramientas una vía perfecta de obtención de información (y por qué no decirlo, de datos legalizados) de nuestro público, aportamos contenidos interesantes, pertinentes y, preferentemente, divertidos y que nuestros usuarios (personas como tú y como yo) pueden compartir, comparar y discutir.
Nuestros consejos para comenzar en Facebook:
1. Comienza paso a paso y conoce tus limitaciones y recursos.
2. Define cuáles son los objetivos oportunidades reales de negocio en Facebook.
3. Si no tienes tiempo o recursos y percibes oportunidades en Facebook, contrata a una agencia (como superagencia86, ejem).
4. Realiza pruebas, testea, equivócate, pregunta a tus usuarios y experimenta.
5. Mídelo todo.
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